miércoles, agosto 30, 2006

Víbora del desierto

Yo vivo en esos lugares recónditos, en donde los hindúes fuman opiáceos y las damas se esconden detrás de los pañuelos color turquesa. Yo, esclavo de mis huesos, arista de un trapecio. Ese soy yo, el que viaja desde la eternidad hasta la simplicidad. El que mancha de arte las mil maravillas, el que sueña Aladdines en los confines de la tierra.

Los cuadros del tablero me los aprendí de memoria, diez cuadernos de gloria. Mil princesas por rescatar, cientos de camellos que fustigar, recorrer el desierto en los vaivenes de la noche, burlar el Nilo. Calamidades podridas junto a la sombra de una flauta que duerme serpientes; que elefantes, espanta.

Ese soy yo.

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