domingo, enero 20, 2008

Invisibles I



Cartas a Nora

Siempre son las seis en tu reloj,
y no da tiempo a que sueñes
en un albor oxigenado.
Nora, gracias por las cartas y la plata.
Casi no nos llega para el pan, la medicina,
y el corazón de Walter no para
de expulsar espuma por la boca.
Llevo clavados los colchones en el alma.
En ellos habita la vinchuca, se acomoda
en el adobe hinchado que nutre nuestra carne.
Ay, Norita, esta rosa infecciosa de pétalos oscuros
nos mata las palabras.
Walter ha enfermado para siempre.
Mi niño juega a las cuerdas en el cole,
salta con la rosa en los bolsillos y los labios.

El silencio, esa larva que anida
en los ojos de esta ciudad apresurada.

1 comentario:

Valiente! dijo...

Me desgarraron tus reflexiones sobre este precioso documental, precisamente estaba trabajando yo en una recensión sobre el mismo, aunque desde una perspectiva más académica y llegué hasta aquí y me encantó tu blog.