miércoles, junio 06, 2007


El político


Los ojos muertos y arrugados que se clavaban fijamente en las monedas del cacharro y los dientes florecidos abruptamente con tierna honradez ponían en evidencia el derroche estatal que Mario Bernabé –el político del pueblo– prometía a las masas con voz firme pero tan esperanzadora como la de un recién nacido, mientras las ratas del alcantarillado municipal le arrancaban la sangre a aquel arrugado, tristón, y pobre hombre de la esquina.