.
Debajo de esta farola
no existe la luz.
Es un hoyo muerto,
una lucha de clases,
una piedra solitaria.
Un vacío extraño.
Los hombros apoyados
en este mástil de dos metros.
Cualquier día se me cae
la luna
sobre los hombros.
.
miércoles, mayo 21, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
Sin luz y en vacío.
Y, sin embargo, apoyo por si la luna se nos cae.
Hay que saber mirar como tú a las farolas.
Un abrazo
Me ha gustado tu poema, que pone todavía la esperanza en la luna para este mundo. El elemento no metaforizado y real, sin máscara.
Esa inquietud que a todos sobrecoge...
Un abrazo.
Siempre que oigo esa canción de Chavela se me hace un nudo en la garganta, y ahora con esto, me pesa la luna que no ha salido todavía.
Hay resquicios de luz, siempre, aunque eléctrica, pero un poquito sí que alumbra.
Un besazo.
A ver si una vez, de una vez, sale el Sol y la Luna a la vez. Ese día será cuando se te caiga sobre los hombros.
Genial, como siempre.
Besos y abrazos (los dos míos)
PD: Espero que el profe no os haya echado la bronca por mi culpa.
Oooohhhh...
esos ñultimos versos!!!!
Qué remates te gastas, caperucito!
Un beso
Pues sí, querido Alberto, soy la misma diosa de pega... mira que buscarme en San Google pudiendo preguntarme a mí. Gracias por tu visita, por reconocerme sin disfraz(¡qué valioso es eso!)y por dejar tu sentida huella en los pasadizos de mi locura.
Un abrazo.
Mari Cruz Agüera
cualquier misiva puede cambiar el rumbo del planeta, pero más puede cambiarlo aún, la luz de esa farola que inspira a un lego a versar sobre nuestras inquietudes cotidianas...
buenas palabras, se asemejan a ciertas sensaciones no exorcisadas............... me gustó!
si se cae la luna... imagen muy buena, con el peso de la noche sobre tus hombros...
buena poesía volveré...
Publicar un comentario