viernes, septiembre 07, 2007

Incendio en la ciudad


Activaste sin saberlo aquella chispa
que prendió fuego a la ciudad.
.
La techumbre se derritió lentamente
hasta teñir el asfalto de carne y tejas.
Así, las grietas de la piel se poblaron
de casas y calles transitables
en la letanía de las noches oscuras,
y los ventanales –inquietos en sus moldes–
temblaron, y cayeron infalibles al vacío,
pese a un desgarro lacrimógeno
que gritó con la blancura de un pañuelo agitado.
.
Una esperanza inerte en un portal,
un deseo arrojadizo. La marquesina
aún resiste el peso de las horas…
.
Los callejones se asfixiaron de ti
mientras atravesaba la humareda
y se me inundaba el pecho de ceniza.
Y respiré como pude.
.
Te he buscado con los ojos incendiados.
Y no me salvas. Y no me salvas.

5 comentarios:

mel dijo...

Ya no se que rutas me trajeron hasta aquí, pero entre a tu blog y me encantó. Me gustan tus palabras y las formas en que puedo imaginar a través de ellas cada detalle.
Un gusto realmente.
Saludos

ybris dijo...

Hay incendios de los que uno no se salva por más que busque.
Lo cual no qita que sigamos buscando.

Un abrazo.

phillip dijo...

Que inquietante letania tu congestion de ella, no hay agua que alcance en este incendio del alma....


Saludos

sergisonic dijo...

el fuego quiere dejar sin oxígeno tu ciudad invisible de letras y deseos, cristales rotos y puertas de madera huyendo hacia el agua, donde flotar y buscar.

saludos sónicos!

Rocío dijo...

Aquí tienes un aullido más. Vendré a este club también a leerte, a ver si se me pega algo.

Un beso, poeta