viernes, junio 06, 2008

El jardinero fiel o las habichuelas mágicas


Tu rastro ha quedado
adherido a las hojas de la planta.
El sol ha derretido su ramaje,
el frío ha congelado algunas hojas
y la lluvia se ha clavado en tu cuerpo
como un animal herido por los lados.
Observas cómo leo, desde el alféizar.
Encaramado al libro te devuelvo la mirada
y te lanzo abrazos secos a la tierra.
Ay, tus ojos, redondos y famélicos
me piden un cuenco de besos mojados.

Ayer posé unas semillas verdes
en su tallo grueso. Lo aboné
con algo de paciencia y amor.
Suspiré -inclinando la regadera-
con el dolor de una madre
que acaricia su barriguita infecunda.

Espero.

Creo que las raíces crecen a buen ritmo.
Pronto le nacerán capullos a la turba
y brotarán con un verdor exquisito.
Vaya, ya se aprecia algo en los bordes.

Mañana, las judías mágicas parirán
un enorme tronco espinado
y romperá el techo de nubes quietas.
Escalaré por el vástago, agarrándome
con las uñas enquistadas en las lianas.
Escalera de hojas, tijeretas y racimos.

Ya estoy allí
-aquí-.

Me apeo despacito al orificio
para espiar la infinitud de tus rodillas
y el vértigo me lanza por los campos de trigo,
girasoles y lunas de siluetas hastiadas.
Tu sombra frondosa, tus matojos rotos.

Mi cabeza mortecina se recuesta en la ventana.
El sol va segando las horas del estanque.
La cepa sigue triste. Riego el fondo en abundancia.
Pero tus ojos se ahogan en el barro.

Este manual de jardinería
no contempla habichuelas mágicas
de las que crezca un robusto sarmiento.

Tan solo una plantita solitaria.
Un cuerpo ausente con tierra por encima.
Una cara con moho y lágrimas de azufre.
Una luz en la ventana apagándose.

Para que se impregne toda la ciudad de ti
lo mejor será coger la maceta
y lanzarla desde el quinto.

12 comentarios:

Caperucito Lorca dijo...

Este poema lleva unas semanas en el congelador, en un word frío, en una esquina. Es un borrador. Pero lo cuelgo para que le echéis un vistazo y así quizá lo saque a la mesa, listo para comer. Saludos.

Anónimo dijo...

Es un poema sobre la desilusión, la espera de algo que no llega y la frustración final y la rabia.
Aunque boceto, me ha gustado.
Un beso.

© José A. Socorro-Noray dijo...

Lo encuentro excelente. Seguro que cuando lo pulas un poco quedará perfecto.

El final es bastante trágico, casi un suicidio.

Un abrazo.

samsa777 dijo...

Pues es un gran poema.

Estoy de acuerdo contigo en la interpretación que haces de mi entrada jajajaj Simplemente, no había caído en la connotación política. Yo hablaba de algo más privado, pero es obvio que tú también tienes razón: poco a poco y entre todos, como el 14 de abril te decía. Ojalá todo eso sea pronto.

Un abrazo y gracias.

Francisco

Rubpe Will dijo...

Auto-denominarse poeta es, cuanto menos, estúpido.

Olga Bernad dijo...

Gracias por tu visita a mis caricias. No conocía tu blog (conozco muy pocos). Te leeré. Estupenda idea tirar la maceta por la ventana. Yo, a veces, también soy partidaria de soluciones drásticas. Un saludo.

Esther Cabrales dijo...

Casi el final del poema, me refiero a los tres últimos versos, me han hecho reír. Eso me parece bueno.

Mayte Sánchez Sempere dijo...

Te encuentro casualmente y, en mi línea habitual, decido quedarme una temporada. Este parece un buen lugar para darle vidilla al alma de poeta.

Un saludo,
Mayte

Rocío dijo...

Me gusta. Tierno, dulce y con fuerza, como nos tienes acostumbrados. Buenísimo el final.
No sabía yo de tu vertiente jardinera...

¡Ah! Me encantan los diminutivos en el poema, tan suavitos...

Un beso, pero éste grande.

la ventana dijo...

el final esta notable, el resto tambien, pero el final muy bien
me senti medianamente identificado con el final, no se si es bueno o malo eso, pero es, me gusto
en fin
saludos y felicitaciones

nico

tournesols dijo...

OH!!!

[Q] dijo...

"Este manual de jardinería
no contempla habichuelas mágicas
de las que crezca un robusto sarmiento".

Me encantó!! ^^

Un abrazo (de esos que te espachurran) para mi pekeño poeta nocturno!